Si bien desde hace más de dos décadas se plantea la necesidad de pensar el turismo de manera sustentable, aún son muy pocas las empresas que se sumaron a esta tendencia movidas por la Responsabilidad Social Empresaria (RSE).
De la RSE a la reducción de costos
Si bien hace más de dos décadas que se habla de turismo sustentable, en la región y al día de la fecha no son muchos los establecimientos que se puedan denominar ecoeficientes. Las grandes inversiones que incluyen el manejo inteligente de los recursos naturales todavía tienen desarrollos incipientes.
En el caso de los establecimientos hoteleros, el cuidado de los recursos pasó de ser un proyecto a largo (largo) plazo a una necesidad ineludible. El aumento de las facturas en los servicios públicos movilizó a varios empresarios a pensar nuevas estrategias para ahorrar en el consumo e incluso generar su propia energía. Estamos hablando de proyectos hoteleros que se conciben desde su génesis como íntegramente sustentables o propiedades que ya están operativas y se animan a encarar grandes reformas.
En tal sentido, en esta nota analizamos cuáles son las grandes inversiones que se pueden proyectar en un alojamiento turístico con el objetivo de mejorar la gestión de costos, por un lado; y de convertirse en un producto atractivo para los huéspedes que buscan reducir su huella de carbono durante sus viajes, por otro.
Cabe aclarar además que la sustentabilidad en los servicios de alojamiento implica la gestión eficiente de los consumos de agua, energía y la generación de residuos.
Un dato a tener en cuenta, que no es menor al momento de hablar de turismo sustentable, es que el sector es responsable de una décima parte de las emisiones mundiales de CO₂; y las emisiones más importantes corresponden al transporte, la comida y las compras; según los cálculos del Programa de la ONU para el Medio Ambiente.
Se trata de datos que son alarmantes hoy y serán más preocupantes en los próximos años, cuando se espera que el número de turistas internacionales alcance los 1.600 millones.
LA DEMANDA, DEMANDA.
Otros de los motivos que se suman para que un establecimiento sea más responsable con el entorno son las nuevas demandas que presentan los viajeros. Para las nuevas generaciones viajar reduciendo su huella de carbono es cada vez más atractivo. De hecho, este año Booking.com publicó un reporte sobre viajes sustentables (Sustainable Travel Report 2019) que indicó que el 70% de los viajeros globales elegirían un hotel ecofriendly; mientras que el 62% de los entrevistados reconoció que se sentiría mejor si se hospedase en una propiedad que acredita un sello verde de reconocimiento internacional.
A su vez, la Ostelea School of Tourism & Hospitality presentó el informe “Cambio climático y turismo responsable”, que analiza el impacto ambiental del turismo y las nuevas tendencias, además de revelar un interés creciente de los turistas por las prácticas sustentables. La edad del denominado ‘ecoturista’ suele ser entre 35 y 49 años y, generalmente, tiene estudios superiores y trabajo. Suele viajar en pareja, con vehículo particular, y realiza un gasto diario menor a € 60 por persona. Un nicho interesante que los hoteles verdes buscan captar.
LAS ACCIONES.
Cuando hablamos de gestión sustentable se incluyen los aspectos económicos, ambientales y socioculturales. De todos modos, en este abordaje vamos a poner el foco en la conservación del hábitat. Esto implica diseñar un hotel teniendo en cuenta los principios de la arquitectura sustentable o bioclimática para mejorar su integración con el entorno, la reducción del impacto de sus instalaciones en el paisaje y la optimización del uso de los recursos.
Una de las medidas a tomar es el control de los consumos de las distintas fuentes de energía utilizadas, que permita su seguimiento, medición y evaluación para la mejora de la gestión energética. Para que sea factible es necesaria la adquisición de equipos y dispositivos que aseguren la máxima eficiencia: lámparas, calderas, cámaras y electrodomésticos, entre otros.
Lo mismo se puede aplicar a la gestión del agua. El primer paso es trabajar sobre los registros de consumos de las distintas fuentes de agua. Luego disponer de buenas prácticas de ahorro en las instalaciones; mientras que la adquisición de nuevos equipos deberá realizarse aplicando las mejores tecnologías disponibles y económicamente viables para optimizar los consumos; sobre todo en áreas públicas, de servicio y habitaciones. Otra opción es la instalación de sistemas que faciliten el reciclaje o la reutilización de aguas de lluvia o aguas residuales para el riego u otros usos autorizados.
Asimismo, los establecimientos deben evitar el vertido de sustancias contaminantes al agua. En caso de no estar conectado a una red pública de saneamiento, deberá efectuar o asegurarse que se realicen análisis y controles periódicos de los parámetros de calidad de sus vertidos.
Por otra parte, otro aspecto a trabajar es la contaminación acústica. Los hoteles pueden disponer de medidas para minimizar las emisiones de ruido procedentes de equipos y maquinaria, asegurando un aislamiento y mantenimiento adecuados de los mismos.
Finalmente, otro ítem a trabajar es el manejo de los residuos. Una de las medidas a tomar es implementar un sistema de contenedores adecuados para asegurar la separación de los residuos en papel y cartón, vidrios y envases de plástico.
DEL DICHO AL HECHO.
No obstante, si bien las propuestas de buenas prácticas lucen bien en los papeles, llevarlas a la práctica no suele ser lo habitual en la hotelería argentina.
“Hasta hace dos o tres años los empresarios no se preocupaban por reducir el consumo de los servicios públicos, porque ese costo no era tan alto. Instalar paneles solares parecía una inversión carísima y difícil de llevar adelante. Sin embargo, hoy el escenario es distinto, hasta hay más proveedores en este rubro”, declaró Emiliano Mastelli, coordinador técnico del Programa Hoteles más Verdes de la Asociación de Hoteles de Turismo de la República Argentina (AHT).
A lo que seguidamente, adicionó: “De todos modos, hay que tener en claro que el crecimiento de inversiones en energías renovables es complejo en Argentina. En el caso de los paneles solares, hay que analizar el espacio disponible que tiene una propiedad para instalarlos, la disposición, el momento del día y del año en que recibe el sol o la caída que tenga el techo; solo por citar algunos aspectos. Además, cada región tiene diferente tarifa eléctrica, distinta capacidad de generar energías renovables, diversidad de climas y de estacionalidad en la industria turística”.
Finalmente, mencionó que “es casi imposible que un empresario haga una inversión sin solicitar un crédito; y las tasas hoy son extremadamente elevadas”.
LOS PIONEROS EN LA REGIÓN.
No obstante, existen en la región algunos casos que vale la pena tomar en cuenta. Uno de ellos es el Biohotel Organic Suites, ubicado en Bogotá. Se trata de un establecimiento que en su diseño inicial incorporó el uso de tecnologías limpias en materia de eficiencia energética, uso eficiente del recurso hídrico y gestión integral de residuos sólidos.
“Este proyecto nació con una visión sostenible, basada en la búsqueda de proveedores y suministros ecoeficientes. Lo hicimos porque creemos en la importancia de generar prácticas y experiencias que fomenten un nuevo estilo de vida, además de dar respuesta a quienes buscan una estadía ecoamigable”, declaró Jorge Andrés Blanco, gerente de Marketing y Ventas del Biohotel Organic Suites. Para complementar que “la arquitectura sustentable aplicada a la hotelería no está desarrollada en América del Sur y Central; hoy no existen más 10 hoteles verdaderamente sostenibles”.
Asimismo, cabe detallar que algunas de las soluciones sustentables que utilizan son la fachada con jardín vertical que mejora la calidad del aire, remueve el dióxido de carbono y absorbe la polución; 74 paneles solares, tanque de agua a tratar para reutilizar en aseo y riegos, espejos de luz para iluminar naturalmente el estacionamiento, tubería de polipropileno con sistema de termofusión que no contamina el agua, utilización de madera de tala controlada, materiales reciclados, tapicería libre de PVC, pisos en bambú, cortinas fabricadas con PET reciclado, ventanas y cortinas metálicas termoacústicas que disminuyen el consumo de energía, últimas tecnologías en ahorro de energía, alfombras de fibra reciclada, amenities y materiales biodegradables, blancos elaborados con algodón orgánico, huerta orgánica y gimnasio con máquinas generadoras de energía. A lo que se suma la separación de basuras y compostaje para crear abono natural.
Consultado por las herramientas o soluciones disponibles en Colombia para proyectar un hotel sustentable desde cero, el ejecutivo comentó que “son muy pocas, pero que a través de ProColombia, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y la Secretaria Distrital de Ambiente de Bogotá estamos avanzando en esta materia”. A lo que agregó: “La inversión inicial de este proyecto fue mucho más alta que la de un hotel convencional, pero logramos a través de la reducción de costos tener al final del ejercicio un mejor rendimiento. Por ejemplo, los paneles solares tienen una vida útil de 25 años y en sólo cinco años recuperamos la inversión en esta tecnología; lo que nos asegura 20 años más de uso y eficiencia energética”.
En tanto el Palo Santo Hotel, ubicado en Palermo (Buenos Aires), es el primer hotel urbano ecosustentable de Argentina. Se destaca por la conjugación de un diseño moderno con una gestión sustentable.
Al respecto, Pablo Porolli, director de Palo Santo Hotel, declaró: “Nuestro proyecto se comenzó a gestar en 2008, cuando no había antecedentes de hoteles sustentables. De hecho, traje material muy sistematizado del US Green Building Council, que nos permitió armar un programa propio. Dividimos el proyecto en ocho áreas, en las que trabajar agua, aire, aislaciones, materiales, energía, operaciones, CO₂ y CO₃. En cuanto a los proveedores, algunos rubros nos costaron, principalmente porque queríamos hacer un hotel de gama media/alta. Priorizamos materiales de bajo impacto en el medio ambiente y, si tenías un mayor impacto, los que fueran ‘eternos’. Nosotros utilizamos mucho mármol de Carrara, que no se extrae en las mejores condiciones. A sabiendas de eso, pensamos en un material que no haya que reponer en pocos años. Por el mismo motivo elegimos también aluminio y hormigón armado”.
En cuanto a los recursos naturales, este proyecto implementó la consigna de reducir todo lo necesario. “Hicimos un estudio del consumo de energía y, como sucede en la mayoría de los hoteles, el principal gasto resultó el de los acondicionadores de aire de las habitaciones, que implican casi el 50%. De ahí que buscáramos unos equipos japoneses de bajo consumo. Además, trabajamos el tema de la aislación, tenemos doble pared con una capa aislante en el medio, los vidrios son dobles, nuestro jardín vertical trabaja como primera capa de contención de la intemperie, y los pisos y techos tienen un material aislante aplicado. Para ascensores, heladeras y lámparas, también buscamos equipos de bajo consumo. Pusimos detectores de movimiento para que en los lugares que no se utilicen asiduamente las luces estén apagadas y tarjetas de corte en las habitaciones. Estimamos que así reducimos un 70% el consumo de energía”, relató el director.
A su vez, el ejecutivo reflexionó sobre las posibilidades de desarrollo de la hotelería sustentable en Argentina. “En la región hay pocos hoteles urbanos completamente sustentables. En el caso de las ciudades, hay cosas que no se pueden elegir, como la orientación, la superficie, la volumetría que se permite o la línea de frente interno. Por otro lado, como beneficio tienen acceso a mayor cantidad de proveedores. Por otra parte, es cierto que los huéspedes demandan cada vez más hoteles con menor impacto ambiental; aunque hoy se compra en Internet un sello sustentable por US$ 5.000 y nunca nadie va a auditar la gestión”. Para luego adicionar: “La inversión inicial de este tipo de hospedaje es mayor (puede rondar el 20%) y se recupera en mucho tiempo. Y un desembolso que ronda el medio millón de dólares, no se recupera con facturas de luz más reducidas. No le diría a nadie que hacer un hotel verde es una inversión económicamente rentable. Se hace por distintos motivos, como la responsabilidad social”.
LA NORMA
En Argentina recientemente se reguló la Ley 27.424, “Régimen de Fomento a la Generación Distribuida de Energía Renovable Integrada a la Red Eléctrica Pública”. La misma fomenta el uso de fuentes renovables (como el sol, el viento, el agua en cauces de río y la biomasa, entre otros) para generar energía eléctrica destinada al autoconsumo y, a su vez, inyectar el excedente de energía a la red de distribución.
Los equipos de generación distribuida, como paneles solares, pequeños aerogeneradores u otras tecnologías, pueden instalarse en industrias, hoteles y hogares, generando un ahorro económico en la factura del servicio eléctrico.
A partir de este marco regulatorio un hotel puede convertirse en un “usuario-generador”, y para medir la energía inyectada en la red de distribución debe solicitar el cambio del medidor actual a un medidor bidireccional, como establece la norma.
No obstante, esta posibilidad de gestionar los costos internos está sujeta a que el distribuidor de energía local esté inscripto en la plataforma y sea parte del programa nacional de Generación Distribuida.
PROVEEDORES SUSTENTABLES
Recientemente, la AHT y el Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación lanzaron el Catálogo Nacional de Proveedores Sustentables para la Hotelería.
El mismo se encuentra dividido por regiones turísticas y, a su vez, por rubros (textil, alimentos, deco y regalos, y amenities), con el detalle el nombre del emprendimiento, datos de contacto y listado y materiales de los productos.
Al respecto, Roberto Amengual, presidente de la AHT, explicó que “el objetivo es tener en un solo lugar toda la información sobre los proveedores locales que ofrecen productos responsables social y ecológicamente”.
Finalmente, cabe destacar que la nómina puede descargase en forma gratuita en la página web de la Asociación.
EL REFERENTE GLOBAL
Meliá Hotels International es uno de los grupos hoteleros que hizo de la lucha contra el cambio climático la piedra angular de su agenda. Para eso puso entre sus objetivos reducir el consumo de recursos naturales y la huella de carbono a través de la innovación y la tecnología.
Así nació el Meliá Serengeti Lodge, el primer hotel de vanguardia con un enfoque 100% sostenible de Meliá Hotels International. Ubicado en el Parque Nacional de Serengueti (Tanzania), la propiedad fue diseñada teniendo en cuenta la protección y preservación del entorno. Dispone de instalaciones para generar su propia energía, con la que cubre aproximadamente la mitad de la demanda. Además, se han tomado medidas adicionales para reducir el consumo de energía a partir de un diseño eficiente, por ejemplo, favoreciendo la refrigeración natural de las habitaciones.
Por otro lado, el hotel cuenta con una planta de compostaje para transformar los desechos orgánicos en abono, el cual se dona a los agricultores locales, y una planta potabilizadora de agua que permite reducir drásticamente la generación de residuos de botellas de plástico, así como la necesidad de transporte. El uso del papel también se ha limitado, y con la instalación de una trituradora de plástico se disminuyó el volumen de residuos transportados desde la propiedad.
Los artículos de baño son de la marca sudafricana Healing Earth, que se especializa en productos de alta calidad fabricados con materiales sostenibles y que se presentan en envases reutilizables.
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