Con la intención de no perder aperturas a partir de la devaluación, Café Martínez desarrolló un nuevo modelo adaptado a la coyuntura. Este formato de tiendas más chicas, un concepto express –y, por lo tanto, con menos empleados– llamado Café Martínez a la barra, se traduce en menores costos fijos y una inversión inicial que se reduce a la mitad: US$ 80 mil.
En una tienda promedio, la cafetería factura $ 1,2 millones por mes, mientras que el nuevo formato estima facturar entre $ 600 mil y $ 800 mil. Con esa estructura, la compañía –que cuenta con 168 puntos de venta– espera abrir 20 locales. En tanto, para las express la meta es inaugurar entre 7 y 10 tiendas durante 2019.
Gracias a esta innovación, la compañía espera abrir el primer local en mayo y asociarse con otros puntos de alto tránsito de gente, como pueden ser universidades y clínicas. Las tiendas tendrán entre 70 y 120 m², y entre cuatro y cinco empleados, contra de los 8 a 12 que tienen los locales más grandes.
“La cafetería es un rubro que en la crisis se defiende; los valores son más bajos que los de un restaurante. Sentimos la baja de la economía general, pero no es tan abrupta”, consideró Julián Agli, gerente de Desarrollo de Franquicias de la cafetería, y afirmó que el impacto más fuerte se sintió desde el segundo semestre del año pasado. “Más allá de este nuevo concepto, para los formatos tradicionales mantenemos los mismos canones, y no llegamos a aumentar los montos de ingreso como quisiéramos, ya que los subimos en pesos pero no al ritmo del dólar”, destacó Agli.
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