A partir de las 0 horas del 25 de diciembre y hasta el 8 de enero, cada viajero que llegue a la Argentina, sin importar su nacionalidad o sitio de residencia, deberá presentar un testeo PCR con resultado negativo y realizar una cuarentena de siete días. Si el pasajero acredita una razón valedera para no presentar el test (hay países como Canadá que si el viajero no presenta síntomas no realiza estudios), podrá realizarlo al arribar Ezeiza puesto que allí se montará un laboratorio. Esto supone suspender las experiencias de apertura de turistas que se habían realizado y se venían manteniendo. El cierre alcanza claramente, también, a los países limítrofes y a una serie de países que han revelado haber detectado la nueva cepa: el Reino Unido, como ya estaba vigente, más Dinamarca, Países Bajos, Italia y Australia. Hacia estos destinos se interrumpirán todos los servicios aéreos.
El objetivo fundamental de la medida es detener el ingreso posible de las nuevas cepas, descubierta una en el Reino Unido, dato confirmado por el primer ministro Boris Johnson, y otra en Brasil, recientemente anunciada en Río. Las fronteras terrestres permanecerán cerradas también para los argentinos. Sí podrán regresar aquellos conciudadanos que se encuentran en el Exterior y deseen regresar, pero solo lo podrán hacer vía aérea por Ezeiza.
Con relación a los pasos terrestres que se encontraban habilitados hasta el momento permitirán sólo el ingreso de ciudadanos argentinos y residentes (también con el requisito de PCR negativo y realizar cuarentena de 7 días).
La información fue confirmada ante los micrófonos de América TV por Florencia Carignano, directora Nacional de Migraciones (DNM) a pocos minutos de comenzar una reunión con el Comité de Expertos y el presidente Alberto Fernández, de la que participarán los ministros de Salud, Ginés González García; del Interior, Wado de Pedro y de Transporte, Mario Meoni.
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