Tratar de definir si después de la publicación en el Boletín Oficial de la la ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva se venden más o menos viajes al exterior se ha vuelto una tarea artesanal, pero no es la primordial preocupación del sector.
El difícil arte de implementar el 30%
Tras el aceleramiento en el cierre de las transacciones para prevenir dicha normativa y aprovechar un dólar aún conveniente, unos pocos indicaron que la demanda no asimiló el golpe, mientras que para otros la realidad marca un mercado planchado desde el 23 de diciembre. Lo cierto, es que la cantidad de situaciones particulares es proporcional a la cantidad de personas consultadas.
Donde sí hay un hilo conductor es en el reclamo, pedido o ruego de que se aclaren todas las variables posibles de la implementación del 30% para darle viabilidad técnico-operativa al negocio. Porque las reglas no escritas de la norma se siguen sumando al mercado con fuerza de ley en los hechos.
Tanto es así, que mientras algunas agencias optaron por comenzar a cobrar el impuesto con anticipación a la promulgación de la ley, otras empresas aún cotizan sin el gravamen, mientras que otras firmas están cobrando a cuenta el importe y en caso de que no deban percibirlo se comprometieron a devolverlo.
El común denominador, aun al cierre de esta edición, era la incertidumbre ante cada operación. Por caso, tanto los agentes de viajes como operadores y dirigentes consultados coinciden en que están haciendo “lo que mejor les parece, a sabiendas de que probablemente estén actuando erróneamente”.
ACLAREN QUE OSCURECE.
Hasta la propia Faevyt reconoce que el mandato urgente hoy es aclarar el panorama y resolver en conjunto los procesos e incumbencias en la aplicación del nuevo orden comercial, entre los distintos eslabones de la cadena.
Por caso, la Federación se reunió con autoridades del Ministerio de Turismo y Deportes para trabajar en un decálogo de propuestas para que el nuevo orden no impacte en la competitividad y se destrabe el trabajo de los asociados.
Sin embargo y pese a admitir que la entidad debe respetar los protocolos, por lo bajo, algunos dirigentes expresaron que la Faevyt debe gestionar y dilucidar las medidas y decisiones que son económicas en el Ministerio de Economía; así como recalcaron que no debieran perder el tiempo en reuniones poco productivas ante un inexperto Ministerio de Turismo y Deportes.
Por su parte, desde la cúpula gremial de la Faevyt indicaron que comparten la inquietud y preocupación de los socios causadas por la reglamentación de dicha norma; al tiempo que adelantaron que “es nuestra obligación dilucidar de la manera más rápida posible cómo hacer para que esto se implemente sin que impacte en un freno total de la actividad en las agencias”.
En este orden, entre los puntos que la entidad que conduce Gustavo Hani le planteó al Ministerio de Turismos y Deportes, sobresalen:
Brindar especial atención a los pagos pendientes de operaciones, iniciadas con anterioridad al pasado 23 de diciembre, para que los mismos no sean afectados por la nueva normativa.
Posibilidad de dar tratamiento diferencial a los pagos y las transferencias efectuadas y recibidas por las agencias de viajes en dólares, para que no queden comprendidos en la obligatoriedad del pago del impuesto del 30%, entendiendo que no afecta al MULC.
Que el impuesto se aplique sobre el valor neto del costo de los servicios a transferir, con la exención sobre tasas, impuestos y comisiones que las agencias de viajes perciben en Argentina, lo cual no afecta la transferencia de fondos a través del MULC.
Compartir los estudios llevados adelante por la Faevyt donde se expresa que, del total de los dólares que egresan por turismo emisivo y se expresan en el MULC en la cuenta “Viajes, Pasajes y otros gastos con tarjeta”, el 70% corresponde a “Pagos con tarjeta de crédito en el exterior” (tanto presencial como no presencial), incluyendo gastos de turistas como de comercio electrónico, aplicaciones de teléfonos inteligentes, servicios de streaming, etc.; gastos que no corresponden al sector, y solo el 30% de los egresos que figuran en el MULC corresponden a agencias de viajes, operadores y transporte de pasajeros, disminuyendo considerablemente las necesidades de dólares por parte de las agencias.
El estudio de medidas de incentivo para el sector que permitan reducir costos y contrarrestar los efectos de esta normativa.
LATE, NO TIEMBLA.
A la espera de una definición de las líneas aéreas para conocer el real alcance de la normativa, Juan Pablo Lafosse, CEO de Almundo, reconoció que el impacto inicial de la medida es negativo para el turismo emisivo, el cual tendrá una caída de alrededor el 40%.
Asimismo, sostuvo que si el Gobierno no reglamenta correctamente la ley, se reducirá la oferta de vuelos y mermará el turismo receptivo; mientras que explicó que el mercado doméstico no se verá beneficiado, porque gran parte de esta gente contrata los servicios en forma directa y las agencias se quedan fuera del negocio.
“Hay que conseguir una reglamentación que comprenda la aplicación del impuesto directamente sobre los pagos al exterior y no en cada operación con el cobro a los clientes”, señaló Lafosse, para agregar que “apoyamos a la Faevyt para que las agencias de viajes que tributamos y generamos empleo en Argentina, tengamos una alícuota diferenciada para ser parte de la reactivación del país”.
En este orden, voceros de Despegar detallaron que están operando de acuerdo a las bases de la ley, la cual exige que los agentes de percepción del impuesto para los servicios no aéreos sean las agencias de viajes; y para los servicios aéreos, las aerolíneas.
No obstante, aclararon que las líneas aéreas no están aplicando el incremento de los impuestos porque están esperando a ver cómo se implementa la ley, que por otra parte indica que si estas empresas no acceden al Mercado Único y Libre de Cambios, quedan exentas del impuesto.
A su turno, Jackie Logan, vicepresidenta de Logan Travel, reconoció que “las reglas actuales no son claras”, y comentó que “ a partir de la interpretación de la ley, estamos operando sin retener el 30%”.
Por su parte, Oscar Juárez, director de Principios Tour, opinó que “la incertidumbre reina el sector” y subrayó que “la información disponible es escasa y dificulta la operación”. Al respecto, añadió que “no está claro quién se ocupa de cobrar el impuesto”, y aclaró: “Aunque creemos que es la agencia la que debe percibir el dinero, nosotros estamos tomando pagos sin el 30%, pero advertimos que en caso de que la normativa nos alcance como agente de retención ajustaremos la tarifa”.
Aseverando que no han tenido impedimentos mayores para operar y que lo están haciendo cotizando sin el impuesto del 30%, Facundo Martino, gerente comercial de Trayecto Uno, exhortó por una rápida resolución de la AFIP para que todos los actores de la cadena de comercialización sepan sus responsabilidades y obligaciones.
ESPERANDO LA REGLAMENTACIÓN.
En una posición claramente acordada, al menos informalmente, casi ninguna compañía aérea que opera en la Argentina está cobrando el 30%. Fue María José Taveira, country Manager de la IATA para Argentina, Paraguay y Uruguay la que le puso el cascabel al gato: “Falta una resolución general o la reglamentación del organismo competente que aclare en qué casos aplica porque hay una gran variedad de tickets”.
La ocasión anterior en la que había aparecido el 35% (que era en realidad un adelanto del impuesto a las ganancias), se había generado un espacio en el ticket mismo, de modo que el monto se cobrara y aparecía discriminado, sin espacio para las dudas.
Sin embargo, la promulgación de la ley en el Boletín Oficial, lo que sucedió mediante la publicación de un Suplemento en la edición del pasado 23 de diciembre, no aclara el punto y queda en duda en qué casos se aplica y en cuáles no, el 30%.
Fuentes del mercado indicaron que hay que esperar que sea la AFIP la que despeje las dudas, pero lo más probable es que en algunos casos suban las tarifas, para cubrir el 30%. Y es que el sistema de emisión de tickets aéreos en nuestro país realiza las transacciones (la venta y el cobro) en pesos, se trate de aerolíneas locales o extranjeras y aunque se tarife la operación en dólares. De modo que no se aplicaría en primera instancia el 30%, sin embargo, a la hora de remitir los ingresos a las oficinas matrices del Exterior, las líneas aéreas sí deben cambiar lo recaudado en pesos a dólares y es posible que en esa instancia sí se deba abonar el 30%.
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